La Teoría de la Contención (1946-1947) del Secretario de Estado George F. Keenan, consistió en una política adoptada por EEUU hacia la Unión Soviética (URSS) para resolver sus diferencias y esferas de influencia. El propósito era derrotar al oponente, impidiendo la expansión del territorio bajo control de regímenes comunistas y otras formas de expansión de este tipo de influencia. En plena guerra fría tomó tintes militares provocando continuamente posiciones de fuerzas militares y económicas por todo el mundo. La bomba atómica soviética y la victoria comunista en China propiciaron la extensión de una sensación de pánico ante la posibilidad de infiltración de elementos comunistas en puestos clave de la sociedad norteamericana (Red Scare).
Los demócratas, Kennedy y Johnsonn, habían llevado una política reformista en el interior del país que había contrastado con una agresiva política exterior. La crisis de los misiles en Cuba o la guerra de Vietnam son los mejores ejemplos. Nixon hizo lo contrario. Planteó una actitud claramente conservadora en asuntos internos, pero en política exterior adoptó una posición muy pragmática. En 1972, no dudó en viajar a Beijing e iniciar la normalización de relaciones con la China Popular. Al año siguiente, inició negociaciones con Vietnam del Norte que llevaron a la salida de las tropas norteamericanas del país en 1975.
Posteriormente la Doctrina Carter establecería claramente el interés geoestratégico que tienen para Estados Unidos, las reservas de petróleo del Golfo Pérsico y Medio Oriente, siendo a partir de entonces, la base de justificación de intervenciones militares en aras de proteger una zona de vital interés para el país del norte.
La era Reagan (1980-1991) proveyó abierta y secretamente ayuda a guerrillas anticomunistas y movimientos en un esfuerzo para revertir el poder de gobiernos en África, Asia y Latinoamérica, que contaban con el apoyo de la URSS. La doctrina diseñada para disminuir la influencia soviética en estas regiones se vería reducida por un lado, a la caída del muro de Berlín, y por otro lado, el cambio de política exterior iniciado bajo el gobierno de Bill Clinton.
Estados Unidos con Bush Jr. apelaría, tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001, a una política de tratamiento a países que dan ayuda a grupos terroristas como Estados terroristas; Estados Unidos buscaba deponer regímenes extranjeros que representaran una supuesta amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, incluso si esa amenaza no era inmediata, caso Irak; además de implementar algún concepto de democracia y propuesta democratizadora en la región del Medio Oriente.
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