jueves, 7 de abril de 2011

Las unificaciones de Italia y Alemania.

Hasta 1870 estos dos territorios habían permanecido fragmentados en multitud de estados independientes, pero existía en ellos la idea de pertenecer a una sola nación y la aspiración a convertirse en un estado unificado independiente cada uno. En las dos zonas habían fracasado las revoluciones del 30 y del 48, que allí habían tenido un alto contenido nacionalista. Además de la lengua como elemento común, las dos naciones contaron con intereses económicos comunes (conveniencia de un mercado amplio sin fronteras...) y la existencia de líderes indiscutibles que encarnaron la voluntad de independencia: en Italia Cavour y Garibaldi, y en Alemania Bismarck. La mayor diferencia entre ambas unificaciones fue que Italia se basó en un nacionalismo liberal y en cambio en Alemania en un nacionalismo conservador.

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